
Hipercolesterolemia y cómo reducirla
¿Qué es la hipercolesterolemia?
El colesterol es un compuesto graso que circula por la sangre y que el cuerpo necesita para desarrollar funciones vitales como construir la estructura de las células o producir ciertas sustancias útiles para el organismo. El problema llega cuando los niveles de colesterol son demasiado elevados, y es que la hipercolesterolemia es una de las principales causas de la enfermedad cardiovascular, además de ser una de las más prevalentes, con un 50% de incidencia entre la población adulta (aunque tan solo la mitad está diagnosticada). La hipercolesterolemia puede ser desarrollada debido a antecedentes familiares, una dieta poco saludable y el sedentarismo.
Hablamos de hipercolesterolemia cuando en un análisis de sangre de valor diagnóstico, se muestran alterados los siguientes parámetros:
PARÁMETROS | HIPERCOLESTEROLEMIA | VALORES ÓPTIMOS |
Colesterol total | >250 mg/dl | <200 mg/dl |
LDL-colesterol | >130 mg/dl | <100 mg/dl |
Aunque no entra dentro de los valores de diagnóstico es importante contar con un valor de HDL-colesterol o “colesterol bueno” >40 mg/dl en el caso de los hombres y >50 mg/dl en el caso de las mujeres. Los triglicéridos deberían ser <150 mg/dl.

¿Cómo puedo reducir los niveles de colesterol?
Es frecuente recurrir a un tratamiento farmacológico crónico para disminuir y controlar los niveles de colesterol. De todas formas, una alimentación y hábitos saludables, ayudan a mejorar notablemente el colesterol, hasta el punto de poder reducir la dosis del fármaco e incluso en casos en los que los parámetros están ligeramente alterados, y siempre bajo supervisión médica, llegar a eliminarlo.
Recomendaciones dietéticas:
Se recomienda que la cantidad de grasa total de la dieta sea <30-35% de las calorías consumidas. Debe existir preferencia por los alimentos que contienen grasa insaturada, por ejemplo, nueces, aguacate, pescado azul, aceite de oliva… y es aconsejable que las grasas saturadas no superen el 10%, presentes en los alimentos de origen animal (leche y derivados, carne, pescado, mantequilla, yema de huevo, embutidos…) y algunos aceites de origen vegetal (aceite de coco y palma).
Cabe destacar que el consumo excesivo de azúcar se asocia también al riesgo de desarrollar hipercolesterolemia, por lo que sería recomendable reducir la ingesta de bollería industrial, dulces, chocolates, azúcar, alimentos precocinados, refrescos… En general, se recomienda seguir el patrón de dieta mediterránea, es decir, rica en cereales (mejor integrales), frutas, verduras, pescado (especialmente pescado azul), y aceite de oliva.



Otras recomendaciones:
La actividad física ayuda a disminuir los niveles de LDL-colesterol y puede ayudar a aumentar el HDL-colesterol. Es importante tener en cuenta la condición física de cada persona y comenzar a practicar ejercicio de forma moderada, aumentando la intensidad y tiempo de actividad gradualmente. Por ejemplo, un buen punto de partida sería caminar 30 min/día a una intensidad moderada, y poco a poco ir aumentando el tiempo de ejercicio. A medida que se va obteniendo una mejor capacidad y condición física se podría comenzar con deportes de mayor intensidad como correr, nadar, andar en bicicleta…



Si padece enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes u otro tipo de enfermedad es recomendable consultar con el médico antes de empezar un programa de entrenamiento.
Por Irene Besné Eseverri
BIBLIOGRAFÍA
1. https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/hipercolesterolemia/definicion
2. https://www.amgen.es/enfermedades-tratadas/hipercolesterolemia/
3. Valores de hipercolesterolemia: https://www.fisterra.com/guias-clinicas/dislipemias/
4. Cachofeiro V (2009). Alteraciones del colesterol y enfermedad cardiovascular. Libro de la salud cardiovascular (131-139)
5. https://www.colesterolfamiliar.org/habitos-de-vida-saludables/ejercicio-fisico/