Consejos (7 y 8) para vivir los días de confinamiento
7. Para los más sensibles
- Digo con mucho realismo, que no todos dominamos igual las emociones. Habrá personas a quienes, por su psicología, les costará mucho más este confinamiento.
- Las emociones no solo provienen de nuestro interior, también lo que vemos, escuchamos, tocamos, etc, nos influye.
- Por ello, hay que ser selectivos con lo que recibimos desde fuera para evitar entrar en círculos viciosos que nos atrapen en la desesperación o nos hagan perder el control.
- Evitad en la medida de lo posible: conversaciones de tipo pesimista, discusiones, malas caras, exceso de información, películas de terror o intriga, desorden dentro de casa.
- Hay que tener cuidado de no obsesionarnos o no dejar anidar una emotividad negativa en nuestro interior.
- El exceso de pantallas también es malo, porque sobre-estimula el cerebro y nos pone más nerviosos.
- Un remedio buenísimo para canalizar la energía y relajarnos es bailar. Poned buena música y reírse un rato largo bailando. Nada como reírse para reiniciar nuestro sistema interior.
8. No estás aislado
- Es importante comprender que no tienes por qué sentirte solo, pues no lo estás. El amor y cariño de tu gente sigue ahí, aunque el contacto físico se haya distanciado.
- Esta es una oportunidad para vivir la comunicación a otro nivel más profundo, más íntimo. Habla con los que tienes en casa con tranquilidad, sin prisas, escúchales hasta que terminen, deja que el diálogo haga crecer la confianza.
- Dí lo que nunca tienes tiempo de decir, cuenta lo que siempre has querido contar, habla de todo y nada pero con cariño, que es lo que llega al alma y hace nido.
- Responde aquella postal navideña que no agradeciste, la carta que te emocionó y a la que estabas aplazando respuesta, ese e-mail de una vieja amistad.
- Habla desde el corazón y crea lazos mucho más profundos con tu gente. Descubrirás que la distancia no es ausencia.